Finca de los Arandinos integra un hotel de cuatro estrellas y catorce habitaciones, con restaurante y spa, en una pequeña bodega familiar. El conjunto es obra del arquitecto riojano Javier Arizcuren, que también realizó el proyecto de Regalía de Ollauri, entre otros, y está situado en el campo, cerca de la sierra de Moncalvillo, junto a una carretera secundaria sin apenas tráfico. Arizcuren, que se ha encargado de la decoración de cuatro de las habitaciones, ha utilizado el vidrio para integrar los espacios del hotel y los de la bodega, así como ambas zonas en el paisaje circundante. De este modo, los huéspedes pueden ver la sala de barricas y parte de las actividades cotidianas de la bodega desde distintas dependencias del hotel.
A excepción de las cuatro habitaciones decoradas por Arizcuren, el interiorismo está firmado por David Delfín, que ha realizado una combinación muy ecléctica de materiales y estilos en la recepción, el restaurante y el pasillo que da acceso a los diez dormitorios diseñados por él.
El spa incluye una sala de tratamientos y diversas saunas, duchas y piscinas, así como un agradable solárium en una zona ajardinada junto a unos olivos y una viña joven, que irá ganando atractivo conforme las cepas vayan creciendo.
Por último, el complejo ofrece también un pabellón privado para celebrar reuniones y comidas. Bautizado como La Vinería, tiene capacidad para setenta comensales, dispone de barbacoa y está convenientemente apartado del edificio principal. Los grupos que deseen visitar la bodega tienen la opción de finalizar el recorrido aquí con un almuerzo típico riojano.